Imagen de la mujer fatal

Según la autora de “Libro de la mujer fatal”, Marta Sanz, el canon de la mujer fatal que se ha construido a la largo de la historial es el resultado de una visión cultural fundamentalmente masculina.

Esta mujer fatal está cargada de erotismo, es extremadamente femenina o ambiguamente viril, con ansias de poder y dinero, de disfrutar de su cuerpo hasta lo amoral en ocasiones, cautivando a los hombres para llevarlos a la perdición o a la suya propia.

Sanz piensa que rasgos como la curiosidad, las ganas de poder, o el ingenio, en literatura son el estigma de la mujer fatal mientras que en el hombre son cualidades muy valoradas. Algunos aspectos de esta imagen podrían tener sentido en la época actual, y deberían reivindicarse, como la lucha por el saber y por readueñarse de su propio cuerpo según defiende la escritora. Otros, como la utilización de su sexualidad para conseguir determinados fines, no.

Entre las mujeres que recoge en el libro como ejemplos de mujeres fatales están las bíblicas Eva y Salomé, Carmen de Mérimée, y algunos personajes del cine negro.

Consuelo.

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