Nuestra educación es fundamental para el éxito escolar de nuestros hijos

Es muy de sentido común pensar que los padres tenemos la principal responsabilidad de la educación de nuestros hijos y por tanto no solo de que sigan con sus estudios académicos su éxito escolar sino también de los valores que les transmitimos.

Un estudio realizado por Obra Social de Caixa Cataluña y el Instituto de Infancia y Medio Urbano ha puesto cifras a esta realidad. Es frecuente que si los padres tienen carrera universitaria, los hijos también cursen estudios en la Universidad. De hecho, el 73% de las personas entre 25 y 39 años, cuyo padre contaba con titulación universitaria, han conseguido también ese nivel académico. Por otro lado, el 20% de los personas con padres sin titulación han logrado estudiar y completar la formación universitaria.
Los niños comienzan a estudiar a edades más tempranas, disponen de más recursos y obtienen mejores resultados. Además, las madres con estudios universitarios estamos más interesadas en escolarizar a nuestros hijos al año o los dos años de edad.

La familia monoparental, en igualdad de condiciones sociales con otras, parece que influye hasta el doble en que los hijos no acaben sus estudios de la E.S.O.

En cuanto al género, los chicos abandonan el centro educativo más que las chicas.

Aquellos que estudian en centros privados o privados-concertados suelen tener mejores resultados que los que estudian en uno público.

Lo que parece que queda claro es que la influencia de la familia y del entorno en el que se mueven nuestros hijos determinan su éxito escolar y por tanto que esté bien formado como persona y preparado para vivir y desenvolverse en la sociedad.

Consuelo.

Imagen de la mujer fatal

Según la autora de “Libro de la mujer fatal”, Marta Sanz, el canon de la mujer fatal que se ha construido a la largo de la historial es el resultado de una visión cultural fundamentalmente masculina.

Esta mujer fatal está cargada de erotismo, es extremadamente femenina o ambiguamente viril, con ansias de poder y dinero, de disfrutar de su cuerpo hasta lo amoral en ocasiones, cautivando a los hombres para llevarlos a la perdición o a la suya propia.

Sanz piensa que rasgos como la curiosidad, las ganas de poder, o el ingenio, en literatura son el estigma de la mujer fatal mientras que en el hombre son cualidades muy valoradas. Algunos aspectos de esta imagen podrían tener sentido en la época actual, y deberían reivindicarse, como la lucha por el saber y por readueñarse de su propio cuerpo según defiende la escritora. Otros, como la utilización de su sexualidad para conseguir determinados fines, no.

Entre las mujeres que recoge en el libro como ejemplos de mujeres fatales están las bíblicas Eva y Salomé, Carmen de Mérimée, y algunos personajes del cine negro.

Consuelo.

Condenado por publicar en internet las fotos de su ex-novia desnuda

Después de que su novia cortará la relación de pareja, un joven de 26 años de Santander decidió vengarse de ella movido por el despecho "colgando" en una red social de internet las fotos que tenía de ella desnuda en un momento íntimo de los dos aunque había ocultado la cara de la misma.

Dichas fotografías, fueron enviadas por el chico a un amigo de su ex-novia con un mensaje en el que le hacía referencia que viera lo puta que era ésta.

La jueza del caso considera que ha cometido un delito de revelación de secretos y una falta de amenazas y lo condena a un año de prisión, a cinco días de localización permanente y a no acercarse a una distancia inferior a 300 metros de la mujer, de su domicilio o su lugar de trabajo durante dos años. Sin embargo, no tendrá que cumplir la pena de cárcel si en un plazo de dos años no vuelve a delinquir.

Daniela.

Karmele Marchante: La muñeca rota de Eurovisión

La conocida periodista de la prensa rosa, Karmele Marchante, ha sufrido un revés al ser eliminada de la preselección -que se hace mediante voto popular- como cantante para representar a España en Eurovisión y de la que era líder de la lista.

Después de las continuas pantomimas que realizaba en el programa de televisión "Sálvame" cantando canciones de todo tipo como "Gibraltar español" entre otras, interpretó "Yo soy un tsunami" en varias ocasiones con la consiguiente risa y mofa de sus compañeros de programa mientras ella aseguraba que con ella pretendía ir a Eurovisión a cantar. Mientras todos no daban crédito a lo que decía, efectivamente se presentó a la preselección.



Posiblemente, la productora del programa, con el beneplácito de Telecinco, viendo que podía convertirse en una nueva Chikilicuatre potenció su imagen, grabó un videoclip, estaba empezando a dar clases de canto mientras el público -al que le gusta mucho el cachondeo- además la votaba en la web de Eurovisión.

La bola estaba creciendo más de lo esperado y lógicamente no se podía dejar que una vez más una nueva "friki", gracias al pitorreo del personal, llegara a la final y encima tuviera oportunidad de ganarla si esto seguía así. Había que buscar una forma de eliminarla y se miró y remiró las bases hasta dar con pequeñas claves que pudieran justificar su expulsión y se consiguió.

Lo que no me esperaba es que Karmele -que sintiéndose catalana y no española no sé por qué quería representar a España- de verdad se hubiera tomado en serio su participación en Eurovisión -a raíz de la tristeza y los lloros que ha tenido según ella misma ha confesado- sin darse cuenta de que se que han aprovechado de sus ilusiones, sus sentimientos, su inocencia -la cual raya a veces el infantilismo- para ser convertidad ni más ni menos que en un mero instrumento para hacer reir.